"Historias en Terrícolandia: Superviviente en un Planeta llamado Tierra" (III).
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Imágenes: Pixabay.
© Textos: Fran laviada 2022 (Todos los derechos reservados)
Capítulo 5
1) En la vida, si uno se considera una persona seria y responsable, siempre ha de hacer frente a las deudas (tanto materiales como morales) que genera. Lamentablemente, no siempre estamos en disposición de pagar hoy las facturas pendientes (ni unas ni otras), pero siempre, ha de tenerse la intención plena de satisfacer lo que se debe en el futuro, y cuanto antes mejor, siempre y cuando que la deuda no se pueda cancelar en el presente, que sería lo mejor, para ambas partes, por eso nos acordamos de aquello que dice que:
Quien paga descansa, y quien cobra, más.
2) En la vida, ante cualquier responsabilidad que una persona ha de afrontar, el objetivo, es desempeñarla lo mejor que sea posible en función de su capacidad, dedicándole el mayor de los esfuerzos y utilizando al máximo los recursos disponibles que tenga a su alcance. Si pese a todo, el resultado obtenido en base al trabajo realizado no siempre es lo suficientemente positivo que esperamos, hay que pensar, que dejando a un lado los errores que uno haya podido cometer, son muchas las veces, que dependemos de una serie de circunstancias que no podemos controlar, por lo tanto es inútil matarse por conseguirlo, y también hay ocasiones que estamos supeditados a la acción de otras personas, con lo cual nuestro margen de maniobra queda bastante reducido. No obstante, si los resultados son desfavorables siempre es fundamental hacer examen de conciencia y admitir las equivocaciones propias para corregirlas en el futuro y en especial, no culpar a los demás de lo que nosotros hemos hecho mal.
3) En la vida, vemos muchas veces como la existencia humana se convierte en una gran obra de teatro representada sobre un majestuoso a la vez que efí-
mero decorado de cartón piedra, y en el que casi todos los personajes se esconden detrás de una careta, que impide conocer su verdadero rostro, incluso se podría añadir a lo dicho, que muchos de estos individuos son más falsos que un Rolex (Trolex) de esos que se venden en los mercadillos junto a los discos y películas del famoso Top-Manta.
Capítulo 6
Decía no hace mucho tiempo el filósofo belga Marc Richir que el sentido de la existencia, la tradición y el futuro son los grandes problemas filosóficos de la actualidad.
No soy un experto conocedor de la filosofía moderna (ni de la antigua), y conozco sobre la materia, apenas lo poco que pude aprender (entender) en mis años de bachillerato en la asignatura correspondiente, y en alguna consulta posterior que a modo de curiosidad he realizado rebuscando en diferentes fuentes, por todo esto, no pretendo ni mucho menos, escribir aquí de filosofía, sería como mínimo un osado, pero a lo que sí quiero referirme es a mi propia filosofía (aunque esta sea de batín y zapatillas, es decir de andar por casa) de las cosas y en concreto de los apartados anteriormente expuestos.
1) La existencia: Un concepto tan amplio como complicado. Tan difícil de entender y más aún de explicar. Algo que a lo largo de los siglos, tantos y tantos hombres sabios han intentado descifrar y no han conseguido, pues la capa de misterio que rodea la existencia es tan profunda, que podemos taladrar y taladrar sobre ella, que nunca llegaremos a ver lo que de verdad se esconde en el fondo.
Muchas veces queremos protegernos ante el temor a lo desconocido que la propia existencia representa, y pretendemos ayudarnos con ese bálsamo suavizante que supone la religión, la fe, la creencia en un ser superior que dote de un verdadero sentido a nuestra vida, y que existir no sea solo eso, es decir, nacer, vivir y morir sin más, y ¿después qué coño (con perdón) pasa?
Cuántas veces nos hemos comido el coco, dándole vueltas y más vueltas a la cabeza, preguntándonos todo lo que supone nuestra presencia en este planeta y los grandes misterios que la rodean.
Probablemente, algunas mentes privilegiadas hayan llegado a conclusiones más o menos lógicas, con fundamento, pero la mayoría de los mortales (y yo me encuentro entre ellos), lo único que hemos conseguido es meternos en esa montaña rusa de la existencia, subimos y bajamos una y otra vez, y al final nos hemos exprimido tanto el cerebro pensando sobre lo que supone existir, que en un momento dado ya no sabemos si estamos en la cima de la cumbre o abajo, o si todo esto nos coge en medio de la subida o en pleno descenso.
La conclusión es que, lo que hay es lo que se puede ver, más allá de donde le lleven a cada uno, sus creencias particulares, ya sea por seguridad, convencimiento o tranquilidad.
Lo que sí está claro es que existir es presente, es hoy por hoy, lo único real. Ayer ya fue, mañana Dios dirá (o Alá, Mahoma, Buda o Aladino y su lámpara, según cada caso).
2) La tradición: Solo sirve cuando se ajusta a los tiempos, la que se queda desfasada, ya no vale. Lo eficaz, duradero y positivo de lo que sea, no viene determinado por ser algo que se lleva haciendo durante años y años, lo antiguo, si lo único que tiene es telarañas por el paso del tiempo, no nos sirve. Las tradiciones que hay que mantener son las que están en consonancia con los tiempos que vivimos, no las desfasadas, propias de otras épocas de la historia de la humanidad, y que en algunos casos han sido lamentables y crueles, fruto de mentes retorcidas y fanáticas, alejadas de cualquier tipo de sentimiento compasivo y de respeto por la vida humana.
¡No a la tradición por la tradición! lo moderno, no tiene que ser por sistema peor que lo tradicional, habrá que analizar detenidamente lo que es propio del presente y lo que no procede. Esperemos, por ejemplo, no volver ver tradiciones como las que se repetían hasta hace muy poco en algún pueblo, cuando tiraban a una cabra desde el campanario de la iglesia, para celebrar no sé qué, salvaje costumbre y también podemos entrar en determinados comportamientos, por exponer casos concretos, de tipo tradicionalmente machista que afortunadamente hoy, en pleno siglo XXI están casi superados, y digo casi, porque todavía hay algunos impresentables, por llamarlos de alguna forma, que justifican eso de como soy hombre, le puedo ser infiel a mi mujer, pero si ella lo es conmigo, le doy una paliza (o la mato).
3) El futuro: Probablemente, lo que voy a decir a continuación, no sea ninguna novedad, pero por si alguno no se ha dado cuenta, he de indicarle, que lamentablemente el futuro no existe. Y lo repito, solo existe hoy, ni ayer, ni mañana, tan solo hoy. Está muy bien eso de pensar en el día siguiente, de ser precavido, pero como el ser humano es egoísta por naturaleza, siempre quiere más, y no solo piensa en mañana, luego es en pasado mañana, y así sucesivamente, hasta que llega un momento que pierde la noción del tiempo, y se cree que va a vivir toda la vida.
A veces quedo sorprendido de cómo se comporta mucha gente en su vida, porque hace y dice cosas como si fuera interminable su paso por la tierra. Esto lo puedo comprobar sobre todo en el avaro, en el egoísta, y en todos aquellos que quieren acumular cuantas más riquezas mejor. Esos que ven en el dinero solo un fin para ser cada vez más y más ricos, y no como un medio para vivir mejor, y poder conseguir cosas que les permitan tener una existencia más segura y agradable.
Está claro que todos queremos vivir el mayor número posible de años, aunque el objetivo debería ser la calidad de esos años, porque existir por el mero hecho de hacerlo y a cualquier precio, creo que no tiene mucho sentido. Muchas personas han llevado una existencia tan desagradable y con tanto sufrimiento que vivir muchos años solo les ha traído más desgracia y dolor. No obstante, vivir el presente, no quiere decir que no seamos optimistas de cara al futuro, pero siempre siendo conscientes que el objetivo en todo momento, es el ahora, y no el después, ya que si estamos muy pendientes de disfrutar el domingo, igual nos perdemos lo que hay el sábado, y también como dicen muchos expertos en cuestiones sobre el comportamiento humano, la felicidad no está al final del camino, sino durante el transcurso del mismo, por eso si pensamos tanto en mañana, igual nos pasa hoy sin enterarnos y nos estamos perdiendo algo realmente interesante.
La sabiduría del refrán siempre acertadamente aconseja, no dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy, es la mejor receta para existir y al mismo tiempo para saber aprovechar al máximo, esa cosa tan valiosa y tan irrecuperable cuando se pierde, que se llama tiempo.
Capítulo 7
Hay que tener en cuenta que para nuestra salud física y mental es muy importante pensar siempre o al menos intentarlo con todas nuestras fuerzas, en positivo. Cuando lo hacemos estamos favoreciendo no solo llevarnos bien con nosotros mismos, lo cual, es de suma importancia para nuestro equilibrio mental, también se mejora la relación con las demás personas que forman parte de nuestro entorno, y estamos logrando que nuestra vida sea mucho más fácil de llevar y en definitiva más placentera.
Pensar en positivo hace que uno se sienta mejor y eso es indudable que repercute en nuestra salud en el aspecto más beneficioso posible, tanto a nivel físico, como psíquico y espiritual. Resulta evidente que la negatividad no aporta beneficio alguno, al contrario, incide de forma dañina en nuestro organismo. Algunos estudios han llegado a la conclusión que cuando se tienen pensamientos negativos el sistema inmunitario del ser humano se debilita y se hace más propenso a las enfermedades. Por eso hay que hacer todo lo contrario, es decir tener pensamientos positivos que van a dar un soplo de aire fresco a tu existencia, más energía en tu vida diaria, van a evitar que el pesimismo aparezca con frecuencia, van a aumentar tus momentos de alegría, facilitaran tu convivencia con el resto de los mortales y muchas veces eliminarán esos estados de irritabilidad o enfado que tantas veces se asocian al quehacer diario de la vida de las personas.
Ser positivo es pensar en positivo. Tener pensamientos que nos favorezcan, que nos hagan estar más contentos y satisfechos el mayor tiempo posible y eliminar aquellos que nos hacen daño, ese es el objetivo y depende solamente de uno mismo. Para muchos puede ser una tarea difícil, pero hay que intentarlo (nada bueno es gratuito) y en todo caso aprender de todas aquellas personas que han cambiado el chip y viven su vida en positivo, con pensamientos que favorecen su estado de ánimo y que les hacen vivir una existencia como mínimo mucho más agradable, plena y satisfactoria.
No cabe duda cabe, que la expresión tan conocida de ver la botella medio llena o medio vacía, refleja claramente esa línea divisoria existente entre lo positivo y lo negativo. Muchas personas no la cruzan nunca. Los que están en el lado del “más” siempre tendrán una vida mejor que los que se encuentran en el terreno del “menos”. La “Ley de la Atracción” viene más o menos a decir, que el ser humano es como un imán, que atrae tanto lo bueno, como lo malo, atraigamos pues lo positivo pensando siempre en ello, y será lo que recibamos.
Fran Laviada